La ventaja que ofrece una inspección de líquido penetrante (LPI) sobre una inspección visual sin ayuda es que hace que los defectos sean más fáciles de ver para el inspector. Básicamente, hay dos formas en que un proceso de inspección de penetrante hace que los defectos se vean más fácilmente.
Primero, LPI produce una indicación de falla que es mucho más grande y más fácil de detectar para el ojo que la falla en sí misma. Muchas fallas son tan pequeñas o estrechas que son indetectables a simple vista. Debido a las características físicas del ojo, hay un umbral por debajo del cual los objetos no se pueden resolver. Este umbral de agudeza visual es de alrededor de 0,003 pulgadas para una persona con visión 20/20.
La segunda forma en que LPI mejora la detectabilidad de una falla es que produce una indicación de falla con un alto nivel de contraste entre la indicación y el fondo, lo que también ayuda a que la indicación se vea más fácilmente. Cuando se realiza una inspección del penetrante de colorante visible, los materiales de penetrante se formulan utilizando un colorante rojo brillante que proporciona un alto nivel de contraste entre el revelador blanco. En otras palabras, el desarrollador sirve como un fondo de alto contraste, así como un secante para extraer el penetrante atrapado de la falla. Cuando se realiza una inspección de penetrante fluorescente, los materiales penetrantes se formulan para brillar intensamente y emitir luz en una longitud de onda que el ojo es más sensible a las condiciones de luz tenue.
Fuente: NDT Resource Center
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